El Institut Mallorquí d´Afers Socials (IMAS), organismo dependiente del Consell de Mallorca, compró 400 pulseras con chip para vigilar a los ancianos y a los trabajadores de la residencia geriátrica de la Bonanova.
Algunas quejas de familiares de los ancianos y la oposición en redondo de los sindicatos a ser vigilados por chip, propiciaron la paralización del proyecto. Los dispositivos para los mayores son similares a los que se colocan a los maltratadores, mientras que para los empleados tiene el mismo sistema electrónico, pero estaba previsto que lo llevaran en la solapa.
Los individuos que los debían llevar (ancianos y trabajadores) estarían controlados a través de monitores para seguir cada uno de sus pasos. Además de localizar, también identifican a la persona y cuentan con un sistema de protección mediante alarma para avisar en caso de incidencia.
La residencia de la Bonanova cuenta con unos 500 residentes y cerca de 400 trabajadores que se encargan del cuidado de los mayores. En total el Consell compró más de 300 pulseras para los ancianos residentes y unos 80 dispositivos para repartir a los trabajadores de los diferentes turnos de guardia.
Una forma sin duda peculiar del control tanto de ancianos como de trabajadores. Gracias a las nuevas tecnologías han conseguido estos progresos, aunque también conllevó a problemas, como el dinero gastado en esta iniciativa o la ofensa de los trabajadores. Más información aquí
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